L. FRANK BAUM.
AUTOR
Su autor, Lyman
Frank Baum que
nació en 1856 en el estado de Nueva York, era hijo de un rico americano que
recibió una educación exclusiva, debido a su frágil salud; esto hizo de él un
niño con pocas relaciones y que pasaba largas horas en la biblioteca de su
padre. Pronto nació su deseo de escribir, creando periódicos caseros y
cuentos de hadas.
Tuvo poca y mala mano para los
negocios con lo que la fortuna de su padre fué desvaneciéndose, y sin embargo,
su alma de artista nunca decayó.
El maravilloso Mago de Oz fue un éxito inmediato, en la que combinó elementos mágicos
inspirados en sus cuentos de hadas – brujas, magos, animales parlantes y
criaturas fantásticas- con el paisaje familiar del Oeste medio americano.
Frank Baum escribió la historia con el fin de agradar
a los niños, aspirando a ser un cuento de hadas modernizado en el que se
conservan la sorpresa y la diversión y se prescinde del dolor y las pesadillas.
Según él, había llegado el tiempo de nuevas “historias
maravillosas” en las cuales desaparecen los estereotipos del genio, el enano y
el hada, juntamente con otros incidentes horribles y estremecedores que los
autores ingeniaban para dotar de una moraleja aterradora a cada uno de sus
relatos.
Dorothy vivía en el medio de las grandes praderas de Kansas con el tío
Henry, que era granjero, y la tía Em, su esposa. La casa era pequeña porque
habían tenido que transportar en carro durante muchos kilómetros la madera
necesaria par construirla. Cuatro paredes, un suelo y un techo formaban una
única habitación, y en ella había una cocina de leña oxidada, un armario para
los platos, una mesa, tres o cuatro sillas y camas.
Así comienza nuestra historia.
Y no será la única ocasión en la que una descripción cuidadosa y bien armada de
palabras acertadas, son capaces de situarnos al lado de lo que ocurre:
descubriendo el ambiente de los lugares, el ánimo de los personajes o las
acciones que realizan, como si estuvieses allí mismo.
El viento del norte y del sur
se encontraron donde estaba la casa y la convirtieron en el centro exacto de un
ciclón. Un ciclón que arrancó la casa y la elevó por los aires, junto a Dorothy
y a Totó, su perrito, volando y volando hasta aterrizar en un hermoso y
desconocido lugar.
Y aquí comienza la aventura.
Calzada con los zapatos de
plata de la Bruja Malvada del Este, que ha muerto
aplastada en el aterrizaje de la casa, y con el beso en la frente de la Bruja
Buena del Norte, Dorothy emprende un largo viaje por el camino
de adoquines amarillos hacia la Ciudad Esmeralda.
- Creo que en los países
civilizados ya no quedan ni brujas, ni magos, ni hechiceras, ni hechiceros.
Pero el país de Oz nunca han sido civilizado porque estamos aislados del mundo.
Por eso quedan todavía magos y brujas entre nosotros.
En este camino de búsqueda,
nuestra protagonista se encuentra con tres peculiares y ya muy conocidos
personajes, que se unirán a ella para encontrar al Mago de Oz, que vive en la Ciudad Esmeralda.
Cada uno de ellos desea algo
muy especial y viajan con la esperanza de que Oz pueda dárselo.
El espantapájaros quiere un cerebro para no ser tonto.
El leñador
de hojalata desea
un corazón para sentir.
Y un león cobarde,
busca el valor que le falta.
Lo hermoso de esta lectura son
las conversaciones entre estos personajes sobre lo que buscan, la imagen que
tienen ellos de sí mismos y sus historias y vivencias personales.
Son capaces de contarte
sencillamente, las cosas realmente importantes de la vida.
Curiosamente, a medida que conoces a los personajes, descubres que tienen justo lo que creen no tener. Se esfuerzan tanto en mejorar en lo que piensan que fallan, que el espantapájaros siempre acierta en sus soluciones, al leñador de hojalata se le saltan las lágrimas cuando menos se lo espera, y el rugido del león puede ahuyentar a cualquier malvado, pero… siguen creyendo que les falta todo eso.
Quien sin embargo sí está muy
lejos de casa, es la pequeña Dorothy.
Sólo el Mago de Oz puede
cumplir los deseos de cada uno.
¿Y cómo y quién es Oz?
-Es difícil decirlo. Oz es un gran mago, y puede adoptar cualquier
forma que desee. Algunos dicen que parece un pájaro, otros que parece un
elefante y otros que parece un gato. A otros se les aparece como una hermosa
hada, como un bizcocho de chocolate o como cualquier cosa que le plazca. Sin
embargo ninguna persona viva sabe cómo es realmente Oz cuando adopta su propia
forma.
Y no lo vamos a descubrir aquí,
porque para ello tienes que leer la historia ;)
Como todas las historias de
aventuras, no será fácil que el Mago conceda los deseos sin tener que superar
una difícil prueba. Y ésta será, acabar con la Bruja
Malvada del Oeste.
No faltan en la historia los elementos
mágicos que tanto
placer producen en la fantasía infantil y adulta: un gorro de oro con tira de
diamantes y rubíes que concede tres deseos a quien cubre su cabeza, o
unos zapatos mágicos que juntando tres veces los tacones pueden llevarte adonde
quieras.
Tampoco faltan esos personajes
extraños que
puedas haber imaginado pensando en seres diferentes a nosotros y que, como no
podía ser de otra manera, deben tener un raro nombre: los
munchkins, los quadlings, los winkies o los kalidahs.
Dorothy tenía un alma noble y generosa y no era consciente del maravilloso
poder que tenía.
El juego de apariencias al que
se somete en todo su viaje, siendo capaz de comprender y ayudar a todos los que
se le acercan, no podían ofrecerle otro final que no fuese feliz.
Y será Glinda, la Bruja Buena del Sur, quien le
muestre de manera sencilla el camino para llegar hasta Kansas,
junto a sus tíos Em y Henry.
Un viaje del que nunca te
arrepentirás haber vivido.
COMENZAMOS LA LECTURA DEL LIBRO.
OS GUSTARÁ.